Aunque muchos no lo saben, Lorca es flamenco. Y es que, de entre todos los llamados “poetas cultos”, es el que mayor relación tuvo con el flamenco.
Desde niño, Lorca y el flamenco tuvieron una estrecha unión. En su casa de Fuente Vaqueros escuchaba el zapateo y los cantes del arte jondo gracias a su abuelo Baldomero García, muy aficionado a este género. No obstante, la formación musical del poeta nació de la mano de su madre y su tía Isabel.
En la Vega granadina, el artista aprendió canciones populares sobre las fiestas y tareas agrícolas, y de sus niñeras aprendió nanas y otras canciones populares, lo que despertó un gran interés en él por la cultura musical de la época que marcaría toda su obra posteriormente. Se basa en lo popular y lo engrandece a través de su propia creación artística, dejando su impronta en algunos de sus poemas más reconocidos.
Durante sus años de estudiante se relaciona con personalidades del mundo cultural como Salvador Dalí, Luis Buñuel, Pedro Salinas o Maruja Mallo, pero lo realmente decisivo fue conocer a Ramón Menéndez Pidal, quien lo inicia a tomar notas de los romances orales de los gitanos de la ciudad. Y es esto precisamente lo que hizo que se interesara por el cante jondo.
¿Qué relación tiene con el flamenco?
En el terreno del flamenco, Lorca ha sido uno de los poetas que mayor aportación ha realizado. Y es que fue uno de los primeros en comprender que la cultura tenía que acercarse a lo popular.
Tal fue el interés del poeta por el flamenco que dedicó a este arte sus obras “Poema del cante jondo” (1921) y “Romancero Gitano” (1928), donde se plasma el sentimiento de las seguiriyas, las saetas, las soleares o las peteneras. Todos ellos, géneros literarios y musicales del flamenco. Pero también se refleja este interés por el flamenco y la cultura gitana en sus obras teatrales, sobre todo en “Bodas de Sangre” (1933), “Yerma” (1934) y “La Casa de Bernarda Alba” (1939).
Pero además, en su afán por conservar las tradiciones populares, en junio de 1922 organizó junto con Manuel de Falla el I Concurso de Cante Jondo. Así como dos conferencias “Importancia histórica y artística del primitivo canto andaluz, llamado cante jondo” (1922) y “Juego y teoría del duende” (1933), que le permitieron desarrollar su propia creencia estética de lo “jondo”.
La influencia de Lorca en el flamenco
Debido a ello, la relación de este autor con lo “jondo” y con la cultura popular ha generado una enorme atracción en el mundo del flamenco por los textos del poeta y dramaturgo. Un interés generado por la grabación de canciones populares por parte de “La Argentinita” junto al propio Lorca, algunas de las cuales fueron adaptadas tiempo después por artistas como “La Niña de los Peines”, Paco de Lucía o Pepe Marchena. Pero, sin duda, los artistas que más influencia e inspiración han recibido del poeta fueron Camarón de la Isla y Enrique Morente.
- Camarón de la Isla: el artista adaptó varios poemas de Lorca como “La leyenda del tiempo: Mi niña se fue a la mar”, “Homenaje a Federico”, “Romance del Amargo”, “Nana del caballo grande” y el del título del disco. Además, siguiendo la tendencia, en “Soy Gitano” incluye “Casida de las palomas oscuras”, “Romance de Thamar y Amnón” y una nueva versión de la Nana del caballo grande. Y en “Calle Real” adapta el “Romance de la luna, luna”.
- Enrique Morente: en 1972 adapta por tangos algunos fragmentos de “Doña Rosita la Soltera” en su obra “El lenguaje de las flores”. Y, posteriormente, en “Omega y Lorca”, adapta fragmentos de “Poeta en Nueva York”. Por bulerías, en “Negra, si tú supieras”, y así en numerosas ocasiones, convirtiéndose en un gran genio renovador del cante jondo.
En definitiva, la estrecha relación entre Lorca y el flamenco a lo largo de su vida lo llevó a inspirarse en este maravilloso arte, pero también a diversos artistas del flamenco que se han inspirado en él para la realización de sus obras. Incluso mediante un homenaje colectivo “Los gitanos cantan a Federico García Lorca”, un disco de flamenco donde se incluyen las letras de sus poemas.